miércoles, 25 de abril de 2012

EL AFILADOR

Guarde este texto hace muchísimos años, no se de quien es, ni por qué me llamó la atención hace tanto tiempo, creo que sigue teniendo toda la actualidad ahora que todos vamos tan rápido y que esta profesión está prácticamente desaparecida.

" Lo vi llegar al pueblo , sin prisas, de la mano de su vieja bicicleta. Sobre su esquemática sencillez toda una industria ambulante, sin humos sin complicaciones socioeconómicas.
Acostumbrado al ruido incesante de los coches que pasan con desasosiego, víctimas del ajetreo de la vida moderna, me impresionó la llegada serena de aquel hombre con su artefacto. Casi sentí compasión de él , y le compre una navaja ...pero, al compás de la rueda, mi compasión fue transformándose mágicamente en una especie de envidia, envidia de poder ir con él sembrando poesía de pueblo en pueblo, poniendo chispas en un mundo cada vez más flato de ella, viviendo en plenitud esta condición de peregrino que caracteriza a los humanos.
Ya sé que no es todo tan lindo y llano  y que la soledad, el frío  y el cansancio de los caminos son compañeros inseparables. Sé también que no es la solución ideal para nuestro mundo el que todos nos hiciéramos afiladores; pero, ¡Cúanto bien nos haría el tomarnos la vida con un poco más de sosiego , libres de la ambición voraz y engendradora de neuróticos y del afán de sobresalir y mandar, sin tantas prisas, serenamente como el humilde hombre de esta mágica bicicleta!"

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