sábado, 26 de mayo de 2012

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Aquí van tres de sus magníficos poemas:

            PARQUE VIEJO

Me he asomado por la verja
del viejo parque desierto:
todo parece sumido
en su nostálgico sueño.

Sobre la oscura arboleda,
en el transparente cielo
de la tarde, tiembla y brilla
un diamantino lucero.

Y del fondo de la sombra,
llega, acompasado , el eco
de algún agua que suspira,
al darle una gota un beso.

....Mis ojos pierdo, soñando ,
en el vaho del sendero:
una flor que se moría,
ya se ha quedado sin pétalos,
de una rama amarillenta,
el aire trémulo y fresco,
una pálida hoja mustia,
dando vueltas, cae al suelo.

....Ramas y hojas se han movido,
no sé qué turba el misterio:
de lo espeso de la umbría-
como una nube de incienso,
surge una rosa fantástica,
cuyo suavísimo cuerpo
se adivina, eterno y solo,
tras mate y flotante velo.
Sus ojos clava en los míos,
y, entre las brumas huyendo
se pierde, callada y triste,
en el irse del sendero...

Desde el profundo bosquejo,
llega, monótono ,el eco
de algún agua que responde,
al darle una gota un beso.

Y allá sobre las magnolias
en el translúcido cielo
de la tarde, brilla y tiembla
una lágrima lucero.

....El jardín vuelve a sumirse
en melancólico sueño,
y un ruiseñor, dulce y alto,
gime en el hondo silencio.

          
     VINO PRIMERO PURA

Vino primero, pura
vestida de inocencia.
Y la ame como un niño.

Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes.
Y la fui odiando , sin saberlo.

Llegó a ser una reina,
fastuosa de tesoros...
¡Qué iracundia de hiel y sin sentido!

...Mas se fue desnudando.
Y yo la sonreía.
Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.

Y se quitó la túnica,
y apareció desnuda toda...
¡ Oh, pasión de mi vida , poesía
desnuda, mía para siempre!


             CON TU PIEDRA

El cielo pesa lo mismo
que una cartera de piedras.
Sobre la piedra del mundo
son de piedra las estrellas.

¡Esta enorme cargazón
de piedra encendida y yerta!
Piedras las estrellas todas,
piedras, piedras, piedras, piedras.

Entre dos piedra camino,
,e echo entre piedra y piedra;
piedras debajo del pecho
y encima de la cabeza.

Y si quiero levantarlas,
me hiere la piedra entera;
si piso desesperado,
sangro en la piedra ternura.

¡Qué dolor de alma, piedra;
carne, qué dolor de piedra,
qué cárcel la noche, piedra
cercada y cerca de piedra!

Con tu piedra me amenazan,
destino de piedra y piedra
con tu piedra te daré
 en tu corona de piedra.

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